lunes, marzo 29, 2010

Según Calendario Maya, Fin del Mundo: 2012 Según Calendario Maya, Fin del Mundo: 2012 - SPE

Fin del mundo el 23 de diciembre de 2012. Algunos catastrofistas, incluso aprovecharon la confusión inicial sobre el acercamiento del asteroide 2004 MN4 ese mismo año para “atar cabos”.

Toda la parafernalia asociada al fin del mundo según el calendario maya, no es más que la fiebre típica de otro efecto Y2K, solo que al estilo mesoamericano.

Los mayas desarrollaron un sofisticado sistema matemático en base 20, e incluso entendían el concepto del cero. Muy interesados en los ciclos de la naturaleza y los del universo, fueron grandes astrónomos y su forma de medir el tiempo no estaba relacionada ni con los ciclos lunares ni con los estacionales; de hecho solo se sincronizaba aproximadamente con el año solar. Aparentemente eran conscientes de la discrepancia existente, pero al contrario que las civilizaciones mediterráneas, no trataron de corregirla.
Tras la invasión española en el siglo XVI dejó de emplearse, y no fue hasta la década de 1990 que los arqueólogos lograron reconstruirlo, a pesar de ciertas divergencias entre los expertos. En estos momentos se cree que existían tres calendarios mayas: el Tzolkin para uso religioso (dividido en 20 períodos de 13 días), el Haab para uso civil (dividido en 18 períodos de 20 días cada uno más 5 días extras al final para la oración, lo cual daba un total de 365 días) y finalmente el conocido como “Cuenta Larga” (o “Serie Inicial”) que simplemente contaba los días desde una fecha de inicio. No existe acuerdo sobre cual fue la fecha elegida para iniciar este último calendario, la mayoría de los expertos cree que se trata de 13 de agosto del 3114 antes de Cristo, pero existen fuertes discrepancias al respecto.

Sea cual sea la fecha ¿por qué esa y no otra? Nadie lo sabe. Lo único que parece claro es que hace referencia a un tiempo anterior al menos en 1.200 años a las primeras evidencias de la civilización Maya, y 3.000 años anterior al desarrollo del sistema de calendarios. Se cree que el formato que empleaban para contar los días (que se dividía en 5 partes) no era flexible, sino que estaba limitado a 1.872 millones de días, de modo que teniendo en cuenta la fecha de inicio, este calendario alcanzaría su valor máximo en torno al 23 de diciembre del 2012.

Ahí es donde empiezan las predicciones agoreras. Lo que parece olvidar la gente es que los mayas veían al universo adscrito a ciclos diurnos, lunares, estacionales y solares. Por lo que tiene sentido pensar que el calendario “Cuenta Larga”, al igual que muchos otros (como el chino), fuese así mismo cíclico. Un ciclo ciertamente largo, pero un ciclo al fin y al cabo. No existen razones para pensar quelos mayas creyesen que el final de este calendario supusiese el fin del tiempo (al igual que a nadie se le ocurriría pensar que su fecha de inicio marque el nacimiento del mundo). Así pues, pensad en él como un cuentakilómetros gigante en el que una gran cadena de nueves pasará a convertirse en ceros.

LOS DOS SÍMBOLOS DE LA MEDICINA La Vara de Esculapio y el Caduceo

Realmente son dos los emblemas de la medicina. El ortodoxo y verdaderamente válido es la Vara de Asclepio (*), o Vara de Esculapio que usted observa en la fotografía de la derecha. Asclepio de los griegos o Esculapio de los romanos, era el Dios de la medicina, venerado en varios templos. Sus atributos eran representados por una serpiente que se encontraba enrollada en un bastón o vara.

El símbolo más común es el de la serpiente, animal que según los antiguos griegos, vivía tanto sobre la tierra como en su interior. Asclepio tenía el don de la curación y conocía muy bien la vegetación y sobre todo las plantas medicinales.

Asclepio (*) era hijo de Apolo y de la mortal Coronis. Apolo confió el pequeño Asclepio al centauro, éste le inculcó las artes de la medicina y de la caza. Apolo y Atenea intervinieron también en su educación, esta última le entregó dos botellas llenas de sangre de la Gorgona. Una de las sangres estaba envenenada, y la otra contenía propiedades para resucitar a la gente. Asclepio llegó a dominar el arte de la resurrección y cuenta la leyenda que devolvió a la vida a un gran número de personas importantes.


|

Practicó la medicina con gran éxito, por lo que le levantaron grandes santuarios por toda Grecia. Zeus no estaba conforme con que resucitara a los mortales por lo que lanzó un rayo y mató a Asclepio, quien subió a los cielos y se convirtió nada menos que en la constelación de serpentario.
|

El símbolo de Asclepio aparece en el siglo IX a.n.e. Según cuenta la leyenda, estando en casa de Glauco, quien se hallaba mortalmente herido, apareció en ese momento en la habitación una serpiente y Asclepio la mató con su vara, otra serpiente que entró al aposento llevaba en su boca unas hierbas con las que revivió a la que estaba muerta, poniéndoselas en su boca. Fue así como Asclepio también salvó a su paciente de la muerte, lo que se ha interpretado como la muerte vencida por Asclepio.

Asclepio existió y vivió en Tesalia, fue un médico notable de gran respeto y fama luego de su muerte fue inmortalizado, se inició la leyenda y fue venerado en Atenas, Corinto y Pérgamo, ciudad natal de Galeno. A Asclepio se le representa como un hombre de edad madura, barbudo, de mirada serena, con abundante cabellera que recoge con una diadema. Casi siempre aparece vistiendo un manto que deja al descubierto el brazo derecho y el busto.

* Al dios de la Medicina los griegos le llamaban Asklepios, y los romanos Aesculapius. Esculapio en castellano.
||

Por otra parte, lo que se conoce como caduceo, no es más que la insignia del heraldo, más conocida como atributo mágico de Hermes o Mercurio, mensajero de los dioses del Olimpo. Entre los romanos servía como bandera de tregua y en su origen consistía en una rama de olivo. En su forma más usual consta de 2 serpientes enrolladas sobre una varilla sostenida por un par de alas. Los caduceos reemplazaron gradualmente el bastón de Esculapio, dios de la Medicina. Esta es una de las tantas apreciaciones que existen, la más completa desde el punto de vista histórico a juicio de los autores.

Por mucho tiempo se pensó que el origen del símbolo de la Medicina estaba en la Mitología griega como atributo del dios Hermes o Mercurio, pero más recientemente se ha conocido que los arqueólogos han encontrado símbolos semejantes en civilizaciones más antiguas como la asiria (de piedra tallada 30.000 años a.n.e y de piedra pulida 6.500 años a.n.e) y la caldea (3.000 años a.n.e.) así como en otras épocas, en la civilización egipcia y la fenicia.


|

Es en la etapa greco-romana que muchos historiadores marcan el inicio del caduceo, sin mencionar las anteriores. De hecho, primitivamente fue una rama de olivo, otras veces fue una de laurel o de olivo de cabeza nudosa que se bifurca en 2 y se enroscan para juntar sus extremos, después, artísticamente se cambiaron por las serpientes y se colocaron las alas de Mercurio. Los griegos lo tenían como báculo heráldico, representado por una caña entrelazada con hilos de lana; en la edad media fue un bastón cubierto de terciopelo flordelisado y así fue cambiando según la época histórica. Este caduceo fue el de Hermes o Mercurio, que seguía el tipo caldeo y fenicio.
|

El caduceo de Mercurio se comenzó a usar como emblema de la Medicina cuando el aristócrata Sir William Butts, médico del rey Enrique VII de Inglaterra lo puso en su escudo nobiliario; 3 siglos después, la casa editorial de libros médicos JSM Churchill lo usó como distintivo. En 1856, el Servicio del Hospital de Marina de los Estados Unidos pensó que el caduceo sería un buen distintivo para significar el carácter "no combatiente" de la clase médica. Hay muchos países aún, cuyas instituciones de salud usan como distintivo el caduceo de Mercurio.
|

CONCLUSIÓN. - Ambos pueden ser utilizados como símbolos de la medicina, pero debemos precisar que el de Asclepio o Vara de Esculapio, es el símbolo ortodoxo, y que el caduceo de dos serpientes, es paradójicamente el más utilizado y más conocido universalmente. La diferencia es que la Vara de Esculapio siempre fue el signo de la medicina, mientras que el de Hermes (el de las 2 serpientes) fue utilizado erróneamente. Sin embargo, en 1902 el caduceo fue tomado oficialmente como símbolo del cuerpo médico del ejército de los Estados Unidos y a partir de ahí, su uso empezó a expandirse internacionalmente, hasta convertirse hoy en día en el símbolo más utilizado y más conocido. Por esta razón es que es perfectamente lícito el uso de cualquiera de los dos símbolos.

martes, marzo 16, 2010

Responsabilidad ¿de quién?

Responsabilidad ¿de quién?

“Crisis” es un término que desde hace décadas forma parte del discurso sobre el estado de la nación: crisis política, económica, cultural, educativa. Para millones de mexicanos las crisis han estampado su sello en todo su trayecto vital: siempre ha habido crisis y siempre las habrá. Presencia cotidiana que, por “natural”, anula las preguntas acerca de su significado, contenido y responsables, y acepta como buena las respuestas que otros ya han dado.

“La culpa de la crisis educativa –se dice hasta el cansancio - la tienen los maestros, no trabajan, no se actualizan, no se preparan; además, son grillos, prefieren protestar que enseñar”.

Ni la radio ni la televisión, y muy poco la prensa escrita, hablan de las condiciones en las que los profesores laboran, de su necesidad de trabajar varios turnos para subsistir, de las cuotas que deben pagar para que otros disfruten de prebendas, del manejo político que se hace de su trabajo, de los “cursos de actualización”, “consultas sobre contenidos” y “pruebas piloto” que sólo los involucran como actores subordinados; de la organización escolar que los obliga a pasar deprisa sobre decenas de temas que nada tienen que ver con la vida de los niños o ahora, con el reino de “las competencias”, sobre igual cantidad de actividades aisladas, despojadas de significado. Tampoco se dice que en nuestro país la formación de los maestros no es continua, que los cursos y las supervisiones tienden a ser burocráticos y sirven más para ganar puntos en el escalafón que para mejorar las capacidades docentes.

Estos son hechos que el discurso del gobierno y los medios ocultan detrás de declaraciones y noticias alarmistas sobre los magros resultados en las evaluaciones académicas de los estudiantes, los altos índices de reprobación de los maestros en el examen para la asignación de plazas docentes y las modestas ubicaciones de nuestro país en los rankings educativos internacionales.

La crisis educativa en nuestro país es profunda, acuciante; no por lo que digan las pruebas o los medios, sino por lo que señalan muchos investigadores, maestros y padres. Lo más grave no es que niños y jóvenes tengan problemas de lectoescritura o matemáticas, sino que no se logre educarlos para que entiendan lo que ocurre en el mundo y los afecta, para que sean capaces de pensar por sí mismos, analizar las situaciones en las que viven y contribuir a su transformación.

Es una crisis inserta en la categoría de “ataques contra la ciudadanía” perpetrados desde el poder, y se está agudizando a tal grado que amenaza con enturbiar nuestra visión. No es fácil para las mayorías reconocer el entramado político que desplaza hacia los ciudadanos las responsabilidades –incumplidas– de las élites gobernantes. Es, precisamente, de esas responsabilidades de las que queremos hablar.

En las primarias públicas los niños sólo asisten cuatro horas al día. Muchísimas escuelas subsisten en condiciones precarias y, sobre todo tras la “evaluación de los maestros”, son incontables los grupos sin profesor encargado. Los docentes no desarrollan sus prácticas en una cultura de mejoramiento de la enseñanza, y sí de asistencia a cursos a cambio de puntos. No hay para los estudiantes el beneficio de las evaluaciones diagnósticas y formativas; en su lugar, sufren la aplicación de exámenes en los que sólo cuentan “los aciertos”, no el proceso. No tienen posibilidades de hacer música o artes plásticas e incluso, desde hace poco, sus “clases” de educación física se han convertido en una materia conceptual. Hay cientos de ejemplos de prácticas antipedagógicas derivadas de decisiones centrales, aparte, desde luego, de las que se deben a la propia impericia de muchos maestros. ¿Cuál es la idea de educación que tienen las autoridades que propician esas prácticas? ¿Qué pueden aprender los niños en esas condiciones?

Culpar a los profesores del desastre en la educación, o siquiera de los ínfimos resultados que obtienen los estudiantes en los exámenes nacionales e internacionales, es negar el peso de la realidad y, peor, caer en el juego de los grupos de interés político que fungen como autoridades educativas. En el juego del ocultamiento, un mecanismo infalible es atribuir a otros la propia irresponsabilidad. Es el caso típico del chivo expiatorio y ¡qué mejor que los maestros!

No es que los profesores carezcan de responsabilidad, pero debemos entender que garantizar las condiciones para desarrollar una efectiva cultura educativa, formular las políticas y asegurarse de que se apliquen en el ámbito educativo no depende de ellos. Los profesores tienen fallas, claro, pero hacerlos responsables de la crisis educativa no sólo es injusto, es una falsedad. La responsabilidad es, ineludiblemente, de las personas que toman decisiones, que permiten que el sistema perdure; los responsables son los grupos dirigentes, los gobiernos, los empresarios, los líderes sindicales, y no la base de un gremio ni la sociedad en abstracto.