La vida se empeña en exhibir tu mediocridad y en todo momento eres señalado y aludido de mala forma. Te sientes desplazado de todos lugares y de toda persona. Hasta el cabello se retira de tu cada vez más amplia frente. Quieres irte, pero irte en definitiva, no a medias.
Así que clandestinamente hurtas el revolver de papá. Sabes lo que dicen, la salida falsa, el punto sin retorno, el escape de los cobardes, etc. etc. Pero te resignas con la idea de que rebasando el estallido ya más nada te preocupará. Adiós sentimientos de culpa, de vergüenza, de tristeza, de frustración. Un instante de angustia y el acceso inmediato a la paz eterna. Nada puede ser peor que lo que vives en este momento.
Así que te colocas el cañón bajo la barbilla y tiras del gatillo. ¿Y qué crees?
Te conviertes en la más patética exhibición de estupidez y baja autoestima que pueda existir. Y demasiado tarde descubres que nada es lo suficientemente malo como para que no pueda ponerse peor...
6 comentarios:
Algunas fotos se amplían y otras no. No sé por qué.
Se le pueden ver las pinches muelas, no mames.
Se me cae la cara de veguenza...
wow, seguramente una 38 especial qu hizo contacto con la lamina cribosa del etmoides y de alli cambio su ruta hacia los nasales.
impactante...
Dudo que la lámina cribosa pueda desviar la trayectoria de una bala .38 disparada contra la cara del sujeto. La herida tiene el mismo perímetro de entrada y salida y me atrevo a decir que es perfectamente recta y que probablemente la bala descansa incrustada en el techo de la habitación. Pero no somos forenses. Yo ni siquiera soy médico.
aaauchhhhhhhhhhhhhhh!!
no podre dormir
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